La reestructuración después de la tempestad

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Escrito por Arturo Abraham León Martínez


Posiblemente, sólo posiblemente, después de la calamidad que ha azotado al mundo, después del descontrol psicológico, físico, sanitario, social y político, después de todo ello; viene la inminente necesidad del recuento de los daños, donde se va a desnudar una verdad muy incómoda para todo el sector empresarial, patronal y financiero del país; pues como toda situación adversa, lo que se busca es minimizar daños, controlar la estabilidad en materia de salud dentro de una sociedad, proteger a los niños y ancianos, pero para las personas económicamente activas , las que sostienen en hombros el engrane de la maquinaria lucrativa del país, el parámetro es diferente, se siente densa la niebla de pensamientos, de los que si bien , nos aterra la realidad presente, con un ojo se voltea a ver las cifras y estadísticas ensambladas por la administración gubernamental y con el otro, los balances y los números de nuestra economía, sea informal o formal, al simple tacto dactilar se puede vislumbrar un cemento agrietado, seco, inerte que intenta cohesionar nuestra estabilidad patrimonial y que día a día se fisura un poco la esperanza de que la vida financiera, imperfecta y compleja como lo era antes, sí; pero vuelva a ser la misma, para el que paga las cuentas, para el trabajador, para el cliente, para el proveedor, para el comprador, para todos; después de un terremoto se retiran los cimientos, se apilan los cuerpos y se vuelven a poner primeras piedras; después de una pandemia mundial ¿qué se hace? , la insuficiencia respiratoria no solo la padece el pulmón humano, también la pequeña cafetería y el inmenso corporativo, los daños económicos serán admirados como una larga caminata por la arena de una playa, volteando hacia atrás se verá la travesía caminada y hacia adelante un futuro que para muchos tiene los cristales empañados.

La reestructuración financiera

Las entidades comerciales y empresariales deben ahora más que nunca habilitar planeaciones financieras, para deshidratar los daños , pérdidas y flujos negativos dentro de su esfera, sabido es que las modificaciones que se hacen en las empresas a corto plazo, como los proveedores, deudas de corta temporalidad, cuentas por pagar, y los recursos proveídos para mantener aceitado el funcionamiento de la empresa a largo plazo como el capital contable y pasivos de largo plazo son una gama rica y articulada de reestructuraciones financieras.

Generalmente buscando la medición exacta de indicadores financieros, para valorizar una gestión determinada es la vía en la que surgen estas direcciones, como el estudio del volumen de ventas y los márgenes de utilidad por citar ejemplos. En ese tenor, dependiendo de los resultados de la empresa o entidad, pueden identificarse fallos, anomalías o desvíos nocivos que alejan a la entidad de la eficacia empresarial, robusteciéndose más esta situación en época de crisis, como la actual.

 El entorno financiero de la empresa puede verse envuelto en aumento de tasas de interés bancarias, afectaciones por la celebración forzada de más créditos, debido al poco ingreso que podría tener la entidad por la baja acelerada de operaciones; y es aquí cuando deben hacerse modificaciones sustanciales para sanear la estructura y estabilidad de la empresa, en el entendido de que los costos que deja a una administración una crisis sanitaria, sean a corto o largo plazo son muy altos, vender activos para saldar créditos y seguir operando deja huellas similares a la amputación de una extremidad, sobre todo en un escenario donde la empresa no siempre tiene la atinada visión de un asesor que sugiera cancelar el crédito, la emisión de sus deudas, suprimir activos improductivos, mutación de su esquema y convenios con los acreedores.

Las formas recurrentes de medidas de saneo de las empresas, son a grandes rasgos.

  • Reestructura de pasivos; es decir una valoración de las deudas y cuentas que pudiesen ya no ser necesarias; muchas veces versan sobre la implementación de materiales más baratos y/o proveedores que ofrezcan un mejor servicio mayorista, aunque la especulación en nuevos terrenos siempre es incierta.
  • Re negociar con proveedores; una de las prácticas más recurrentes es cambiar los acuerdos en precios, volumen, fuente de importación inclusive adaptarse a nuevos mercados, tal es el caso de la empresa abarrotera que ahora ofrece kits sanitarios colocados en la caja de cobro, estrategia similar de las tiendas de conveniencia como el gigante amarillo con rojo con dos equis en su nombre.
  • Cancelación de pasivos; hay cuentas en una entidad las cuales ya son improductivas o ineficaces, ejemplo de un restaurante que ahora solo maneja envíos a domicilio, el tener vínculos con algún proveedor de inmobiliario o de mantenimiento de aires acondicionados, sanitarios, área de juegos etc. resta operatividad y margen de utilidad rentable a la entidad, pues la asistencia y el ingreso por vía de clientes habrá sido aminorada.

Ahora bien en la NIF C-9, encontramos la dirección y curso para atender reestructuraciones en situaciones de contingencia y/o de rumbo nuevo de la empresa.

NORMAS DE INFORMACIÓN FINANCIERA
NIF C-9, PROVISIONES, CONTINGENCIAS Y COMPROMISOS

42.7 Reestructuraciones
42.7.1 Algunos ejemplos de eventos de reestructuraciones son los siguientes:

a) venta o liquidación de una línea de negocios;

b) la clausura de una unidad de negocios en un país o región, o bien, la
reubicación de una unidad de negocios de un país a otro o de una región a otra;

c) cambios importantes en la estructura de la organización; o

d) reorganizaciones importantes que afectan la naturaleza y enfoque de las actividades de la entidad.

42.7.2 Debe reconocerse una provisión por los costos de reestructuración cuando
se cumpla con todos los elementos de la definición de pasivos. Surge para la entidad una obligación asumida por causa de una reestructuración, solo cuando:

a) la entidad tiene un plan formal y detallado para proceder a la reestructuración, en el cual se identifican:

i. los negocios o la parte de los mismos que están involucrados;
ii. las principales zonas geográficas afectadas;

iii. la ubicación, función y número aproximado de los trabajadores que serán indemnizados  por la terminación de la relación laboral;

iv. los desembolsos que se llevaran a cabo;

v. las fechas en las que se implementara el plan; y

b) se ha producido una certeza razonable entre los afectados, en el sentido de que
la reestructuración se llevara a cabo, ya sea por haber comenzado a implementar el plan o por haber anunciado sus principales características

42.7.3 La evidencia de que existe una obligación asumida por causa de una
reestructuración surge, por ejemplo, cuando se tiene un plan, formal y aprobado
por la administración, de desmantelamiento de las instalaciones o de venta de los
activos correspondientes, o por el anuncio público de las principales características del plan detallado de reestructuración. Este anuncio dará lugar a una obligación asumida por reestructuración, solo si se hace de tal manera y con suficiente detalle (es decir, dando a conocer las principales características del mismo) que sea capaz de producir certeza razonable entre los terceros implicados; esto es, entre los clientes, proveedores y empleados (o sus representantes) sobre el hecho de que efectivamente la entidad va a llevar a cabo la reestructuración.

42.7.4 Para que el plan dé lugar a una obligación asumida, la entidad debe
comunicarlo a los que resulten afectados por éste, siendo necesario que su
ejecución esté planeada para dar comienzo tan pronto como sea posible y se
prevea terminar en un plazo que haga improbable cualquier cambio significativo a
dicho plan. Si se espera que transcurra un largo periodo de tiempo antes de que la
entidad inicie la reestructuración o que su ejecución llevará un periodo de tiempo
demasiado largo, es probable que el plan no produzca certeza razonable entre los
terceros afectados sobre el hecho de que la entidad está comprometida en una
reestructuración, puesto que un plazo muy largo podría dar oportunidad a la
entidad para cambiar los planes iniciales; en este caso, el plan no da lugar a una
obligación asumida; por lo tanto, sólo debe revelarse en las notas a los estados
financieros la información al respecto.

42.7.5 Una decisión de reestructuración aprobada por la dirección general o el
consejo de administración de la entidad antes de la fecha del estado de situación
financiera, no da lugar a la existencia de una obligación asumida a la fecha del
estado de situación financiera, a menos que antes de dicha fecha la entidad haya:

  • iniciado la implementación del plan de reestructuración; o

b) anunciado las principales características del plan de reestructuración a todos
los que vayan a resultar afectados por el mismo, de una manera suficientemente
concreta como para producir en ellos certeza razonable en el sentido de que la
entidad va a llevar a cabo la reestructuración.

42.7.6 En algunos casos, la entidad comienza a implementar el plan de
reestructuración o procede a anunciar sus principales características a los
afectados por el mismo después de la fecha de los estados financieros, pero antes
de su emisión. En tal caso, cuando sea de tal importancia la reestructuración que
la falta de información puede afectar la capacidad de los usuarios de los estados
financieros para llevar a cabo la toma de decisiones, debe revelarse en notas a los
estados financieros la información al respecto, según lo establecido por la NIF B-13, Hechos posteriores a la fecha de los estados financieros.

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