Recaptura del Chapo Guzmán ¿una cortina de humo?

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Escrito por Omar Carricho Mena


El 8 de enero mediante su cuenta de Twitter, el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto, anunció que se había llevado a cabo la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo Guzmán. Este hecho, fue el comienzo de una avalancha de acontecimientos que nos muestran el tipo de sociedad en la que vivimos.

La desconfianza en nuestras instituciones nos ha llevado a pensar en que todos los acontecimientos que son mencionados en los medios oficiales, son distracciones para ocultar eventos negativos para nuestra sociedad. Ese nivel de desconfianza – que en mi opinión es insano – nos lleva a pensar en que no ocurre nada positivo en nuestro país, y que nuestros gobernantes pretenden manipularnos ocultando planes que hasta cierto punto pueden llamarse siniestros. La captura del “Chapo” ocurre cuando el precio del dólar llega a su nivel más alto en muchos años, el precio del petróleo sigue a la baja y la popularidad del Presidente Enrique Peña Nieto es la más baja en su sexenio. ¿Pero realmente podemos hablar de que la recaptura sea una cortina de humo? ¿en la sociedad de la información, es posible crear cortinas de humo?

Vivimos en una sociedad donde la información fluye de una manera impresionante. Los medios de comunicación y las fuentes de información se han incrementado de manera exponencial, hoy en día cualquiera de nosotros puede convertirse en una fuente de información y un referente de opinión para los demás. Este poder que ha llegado con el avance de la tecnología es muy grande, pero desafortunadamente no ha sido acompañado con la responsabilidad necesaria. Hoy somos libres de decir cualquier cosa, de opinar sin saber o comprobar y es ahí donde varios políticos han encontrado un botín para generar simpatizantes de manera sencilla. Hacerse de un discurso apropiándose de las quejas de la sociedad se ha convertido en una moda para nuestra clase política, ya sean de izquierda, de centro o de derecha, todos han visto una gran oportunidad en este caos informativo.

Los que se encuentran en contra de los que ostentan el poder, no paran de mencionar su ya patentada “mafia del poder” frase que sirve para rematar cada comentario, o postura que proviene de ellos. La repetición de esta frase se ha convertido en el sustituto de proyectos políticos o de resultados, no hay nada mejor que culpar de un fracaso a una mafia que muchos creen que existe, a un grupo de poder que se reúne frecuentemente para ver de qué manera pueden perjudicar a nuestra población y actuar en su contra, una mafia que en el relato pareciera ser un grupo de villanos de película, cuyo único interés es el de hacer el mal, y por ello, contamos también con nuestro héroe, quien pase lo pase y sea como sea, siempre actuara con la honestidad como bandera y luchará hasta el final por el bien de los mexicanos. El problema con lo anterior se encuentra en que esa clase de mensajes encuentra oídos en los que queda impregnado y se vuelve un condicionante de su actuar, por lo que todo lo que venga de parte del Gobierno, se convierten automáticamente en mentiras. Empero, este actuar no resulta nada nuevo.

Hace 85 años se publicó el “Malestar en la Cultura”, una de las obras maestras del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud.  A lo largo del ensayo Freud describe las tres fuentes del sufrimiento humano, las mismas que han marcado el desarrollo de la sociedad. La primera es la supremacía de la naturaleza, siendo que el hombre es incapaz de controlarla en su totalidad. En una segunda instancia, el ser humano sufre por la caducidad de su propio cuerpo, ya que, sin importar el poder, la riqueza o el conocimiento que alguien pueda acumular a lo largo de su vida, tarde o temprano ésta culmina con la muerte. Sin embargo, estas afirmaciones no generan desconcierto en el ser humano, muy por el contrario de la tercera, que tiene su origen totalmente en lo social.

La tercera fuente del sufrimiento que Freud observa es “la insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, el Estado y la sociedad” y es que, según él, no logramos comprender como es que las instituciones que nosotros hemos creado no nos brindan protección, seguridad y bienestar a todos los que integramos la sociedad.

Hoy, este malestar no se conforma con tratar de explicar el por qué las instituciones no procuran nuestro bien, sino en por qué las instituciones que creamos buscan perjudicarnos. Ese malestar se ha ido incrementando, va haciendo mella en nuestro tejido social. Esta severa desconfianza aleja a las personas de la participación política, convirtiéndola en algo ajeno a la población, quedando reducida a un grupo de elegidos, segmentando la política de la sociedad a unos cuantos que, en su mayoría, pertenecen a la mafia del poder.

Vivir bajo estas circunstancias hace demasiado complicado poder moverse en la sociedad. Sin duda la vida es un tema complicado, y no todos gozamos de las mismas circunstancias, pero si a eso le sumamos la carga de creer que nuestras instituciones están en nuestra contra, la vida se vuelve algo más complicado aún.

Pero regresemos al punto inicial, noticias como la del “Chapo Guzmán” ¿pueden ser cortinas de humo? Es decir, una noticia tan relevante como la recaptura del narcotraficante más buscado en el mundo ¿cómo debió de ser anunciada? Surgen varias preguntas que deben ponerse a consideración, puesto que bajo la idea del sospechosísimo en que vivimos todas pueden ser cortinas de humo, tanto de izquierdas como de derechas.

El buscar generar miedo en la población con el aumento en el precio del dólar y con la caída del petróleo ¿no pueden ser también una cortina de humo para no hablar de las cosas que si están saliendo bien?  Recordemos que el precio del petróleo no es decisión del Gobierno mexicano, así como el precio del dólar, sino que son determinaciones internacionales y que dependen de diversos factores y no solo del funcionamiento correcto o incorrecto de nuestra economía.

¿Pero cómo saber si son cortinas de humo o no? Creo que la respuesta más fácil y simple es la correcta. Las cortinas de humo surgen solo si lo permitimos, si nos damos a la tarea de informarnos y de investigar los hechos, no habrá quien pueda manipular nuestra opinión. Tomar la responsabilidad de fundamentar nuestra opinión, es algo que se requiere para que las cortinas de humo no existan. Recordemos que no debemos ser parciales, no debemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, debemos verlo lleno, la mitad con aire y la mitad con agua, debemos entender que todo tiene distintas aristas y antes de tomar una determinación, debemos informarnos.

Sin duda no es un trabajo sencillo, pero recordemos el decir de Freud:

“He sido un hombre afortunado; en la vida nada me ha sido fácil”

 

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