Segunda llamada para Morena en el Congreso de la Unión

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Gerardo Carlos Granados López


El proceso electoral de 2018 modificó el panorama político de nuestro país de manera radical, por lo que, el pasado 1 de septiembre, se inauguró un Congreso de la Unión con una conformación inédita: con una mayoría apabullante a favor de un movimiento político apoyado por 3 partidos y una oposición atomizada y con pocas opciones.

En toda democracia, como la mexicana, la alternancia en el poder es un fenómeno esperado, sino es que deseado, por lo tanto, los partidos políticos deben evolucionar estructural e ideológicamente, permitiendo una transición, de gobierno a oposición, pronta y eficiente.
           
En el 2000 se dio la primer alternancia en el poder de la historia moderna de México, el PAN llegó a la cabeza del Gobierno Federal y el PRI quedó relegado a ser oposición. En 2012 hubo nuevamente un cambio en el Partido Político Gobernante, el PRI regresó a ser Gobierno, pero ya con la experiencia de haber sido 12 años oposición.
           
En política, es tan importante aprender a ser Gobierno, como lo es aprender a ser oposición, por lo que estos primeros 2 periodos ordinarios de sesiones del Congreso de la Unión, han servido de arena de entrenamiento para un grupo que nunca había sido gobierno (MORENA) y vaya que ha tenido momentos para un verdadero aprendizaje político, solo hace falta ver si los legisladores de MORENA están dispuestos a aceptar estas lecciones.  

La primer lección vino en noviembre, cuando en la Cámara de Diputados se rechazó en lo particular la reforma al fuero constitucional, dejando a medias esta iniciativa que tanto fue utilizada como bandera de campaña por el Presidente y los candidatos de su partido político.

Al tratarse de una Reforma Constitucional, la votación necesaria para aprobarse es de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara, sin embargo y a pesar de la confianza del Coordinador de los Diputados de MORENA, aún sumando los votos de sus aliados, no pudieron alcanzar esta votación.

Este revés político, prendió los focos de alarma hacia el interior de MORENA, ya que había quedado claro que no podrían imponer su mayoría para todo y que, si querían aprobar las reformas constitucionales que el gobierno federal estaba impulsando, debían comenzar a negociar con los grupos opositores, tanto en Cámara de Diputados, como en el Senado de la República.

Para fortuna de MORENA, en febrero de 2019 varios diputados del PRD abandonaron a su grupo parlamentario para unirse a la mayoría oficial, otorgando a MORENA y sus aliados el número mágico de 335 votos en total, garantizando, en caso de asistencia del 100% de los diputados, contar con la mayoría calificada para aprobar, incluso, las reformas constitucionales pendientes, como la Guardia Nacional, la reforma educativa o la de Revocación de Mandato.

No obstante, en el Senado de la República se vino formando un bloque de oposición más uniforme y sólido, conformado por los grupos parlamentarios del PAN, PRI, MC y PRD, lo que impide a MORENA contar, por si mismos, con la mayoría calificada para las reformas constitucionales.

Esta situación política que se vive en el Senado, obligó al grupo mayoritario a negociar con el bloque opositor la aprobación de la Guardia Nacional, lográndose una aprobación por unanimidad, dando la impresión de que MORENA había aprendido algo del revés sufrido en la Cámara de Diputados.

Sin embargo, esta impresión duró muy poco, pues tan solo 2 meses después, cuando se debía votar la reforma educativa, el grupo mayoritario llegó a la sesión sin haber siquiera hablado con uno de los grupos parlamentarios opositores, es decir, llegaron a la sesión sin tener la seguridad de contar con los votos necesarios para aprobar, en lo general y lo particular, esta reforma tan importante para el gobierno federal.

Esta súbita arrogancia mostrada por el grupo mayoritario en el Senado, trajo como consecuencia que no fuera aprobada en lo particular la reforma Educativa, obligando al llamado de un periodo extraordinario para volver a votar ese asunto, ahora sí con una negociación previa.

No cabe duda de que con buena política y con diálogo se puede llegar a acuerdos benéficos para todos los grupos, la aprobación por unanimidad de las leyes secundarias de la Guardia Nacional es un muy buen ejemplo de esto; sin embargo, la soberbia y la cerrazón, pueden llegar a paralizar al poder legislativo federal, lo que a su vez provocaría una parálisis en el ejecutivo.

Ya tuvimos 2 llamados de atención para el grupo mayoritario, solo el tiempo dirá si con eso es suficiente o tendremos que esperar a que ocurran más casos así, para que MORENA al fin aprenda esta lección básica de política.

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