Apenas Suficiente

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Escrito por María Elena Domínguez Ortiz


Como todos los años por estas fechas andamos en la eterna discusión de “se requiere más $$$”, para poder hacer frente a los requerimientos de gastos que este País requiere.

La interminable fila de necesidades: Salud, Educación, Seguridad, Pobreza, Fenómenos Naturales, entre otras, así como la irregular distribución de la población y la diversidad de componentes económicos de un centralizado México, dan pauta a pluralidad de ideas comunes con objetivos particulares, difíciles de armonizar.

Así las cosas, este 18 de octubre fue aprobada la Ley de Ingresos de la Federación para el año 2018, en la que se establece que el País recibirá $5’279,667,000,000.00 (Se me dificulta leer el número), los ingresos provienen de donde siempre, contribuciones y endeudamiento, en su gran mayoría.

De ese gran pastel de dinero, la Federación reparte a los Estados y Municipios de conformidad con la Ley de Coordinación Fiscal, a través del Fondo General de Recaudación Participable y de los Fondos Etiquetados (salud, seguridad, educación, entre otros), a cambio de ello, los Estados limitan su potestad tributaria.

En resumen, la Federación recibe y reparte a los Estados, y éstos a su vez a los Municipios, aunque en algunos Estados opinan que el Gobierno Federal,  aplica, en su beneficio,  el dicho popular “El que parte y reparte se lleva la mejor parte”.

Este sistema de Coordinación Fiscal, Federación, Estados y Municipios, tiene más de 50 años de existir en nuestro País y a la fecha la cuestión es si se ha vuelto ¿enfermedad o medicina?

 Mucho se dice de la Coordinación que ha fomentado la apatía y la dependencia de los Estados y Municipios que solamente esperan el dinero que la Federación les dará y ha creado un Todopoderoso Gobierno Federal; muchos políticos lo critican hasta que les toca sentarse en la silla presidencial, en ese preciso momento se dan cuenta de todas las bondades de ser quien reparte el dinero.

A favor del Sistema Nacional de Coordinación, hay que abonar que efectivamente simplifica la carga administrativa que existiría de tener sistemas tributarios Federales, Estatales y Municipales.  Aunque la mayoría de los ciudadanos no lo notemos dado que el SAT tiene implementados “n” cantidad de procesos para cumplir con las obligaciones fiscales, incluso algunas correspondientes al propio Estado, como son la verificación de proveedores – que nublan la visualización de la “simplificación fiscal”.

  • La Ley de Ingresos para el 2018 contiene en resumida forma:
  • Precio Barril de Petróleo $48.45 dlls
  • Tipo de cambio $18.40 pesos por dólar
  • Mayor endeudamiento federal  por $10,072 millones de pesos
  • Se amplió el techo del endeudamiento del SAT en $1,000 millones de pesos para la CDMX, que se destinará a infraestructura hidráulica dañada por el sismo.
  • Actualización de las tarifas de ISR para personas físicas por que la inflación acumulada desde diciembre del 2013 excedió al 10% .  Esto provocará un menor pago de impuesto pero no por recuperación del poder adquisitivo sino por la inflación.
  • Se mantienen estímulos fiscales en materia de IEPS
  • Se incorporan los estímulos fiscales otorgados a las personas afectadas por los sismos de septiembre, domiciliadas en las zonas declaradas en desastre: liberación de efectuar pagos provisionales, diferimiento de pagos bimestrales RIF, diferimiento de pago, hasta en tres parcialidades, de retenciones, iva e ieps, deducción inmediata de bienes nuevos de activo fijo adquiridos y exención de ISR por la enajenación del terreno donde se encontraba la casa habitación que fue afectada por los sismos. Con sus limitantes en ubicaciones, plazos y montos.

La Ley de Ingresos 2018, es básicamente lo mismo de siempre, solamente varía el número, cada vez es más y “Apenas Suficiente”. Seguimos con las mismas fórmulas, pareciera no haber otra y mejor forma de hacer las cosas.

Todos estos ingresos se destinarán a cubrir el gasto público de la Nación, y ahí todo un tema, ¿en qué y cómo gastan?, podría haber una reducción real del costo del aparato gubernamental. Son ofensivos los salarios a funcionarios tan lejanos del salario mínimo, y el incalculable costo de la corrupción,  ¿cuántos servidores públicos sirviéndose en lugar de servir?.  Debe existir una mejor y eficiente forma de gastar, con una orientación social, con evaluación permanente de resultados a mediano plazo.  La transparencia en el gasto, la honestidad y la congruencia entre el decir y el hacer, así como el logro del resultado, debe ser reclamo de todo individuo.

Se requiere creatividad, la aplicación de la más pura economía en el sentido de producir los mayores satisfactores con los recursos que poseemos, revisar los modelos económicos que tenemos, tales como el sistema de coordinación fiscal, gastar de mejor forma, incrementar el poder adquisitivo de los salarios, promover y apoyar a las empresas, capacitación, en fin …  Seguro existen formas de hacer mejor las cosas o, ¿qué de plano viviremos siempre en el “Apenas Suficiente”?

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