El crimen organizado integra a sus filas una nueva generación, jóvenes universitarios, titulados y con posgrados

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Eligio Zárate Palomino


El crimen organizado hoy se ha constituido como un elemento globalizado [1]. El concepto “crimen organizado” [2] es un tema que hoy preocupa a las instituciones públicas y a la ciudadanía, por el incremento de los criminales y por la forma en que avanzan a pasos agigantados al contaminar la economía lícita y al filtrarse en las instituciones públicas. La integración de jóvenes universitarios con estudios académicos de especialización, los avances tecnológicos en la comunicación y las ganancias económicas que generan este tipo de actividades ilícitas son factores que han simplificado la expansión de este fenómeno, permitiendo el blanqueo de capitales o dinero sucio [3], factor determinante en los delitos con ánimo de lucro.

Esta nueva generación de criminales tiene la característica de contar con licenciaturas, especialidades, maestrías y doctorados, lo cual los convierte en personajes de la delincuencia mucho más preparados y peligrosos, ostentándose ante la sociedad como altos ejecutivos de empresas, utilizando ropa y trajes de marcas prestigiadas, así como vehículos de lujo, viven en zonas exclusivas y de alto nivel y sus oficinas se encuentran ubicadas en zonas lujosas de ciudades importantes de nuestro país. Su forma de comportarse y de vivir, hace que se confundan con personas de un extracto económico alto de nuestra comunidad. 

Esta nueva clase de jóvenes malhechores se divide en dos grupos. El primero son hijos de delincuentes que han sido enviados a universidades nacionales o extranjeras a cursar sus estudios profesionales, donde conviven con hijos de empresarios, altos ejecutivos o políticos, lo que les abre puertas para operar, el segundo proviene de un reclutamiento de estudiantes universitarios con posgrados donde a cambio de dinero, poder, armas y fama, y prestan servicios en áreas especializadas de economía, legal, finanzas, fiscal, contabilidad, administración, comercialización, tecnologías de la información, marketing, producción, seguridad, etc., a organizaciones delictivas lo que les permite combatir al gobierno federal en igualdad de circunstancias.

La preparación académica obtenida en universidades les permite crear y cimentar negocios bien estructurados o financiar campañas políticas para lavar dinero, constituyendo estos el último eslabón de la cadena del crimen organizado. Queda claro que no puede existir una actividad criminal económica llevada a cabo por grupos organizados sin que posteriormente disfruten del dinero obtenido a través de ella, dinero que utilizan también para lubricar el engranaje interno para perfeccionar y acrecentar la organización criminal.

Dentro del segundo grupo criminal, muy probable existen muchos jóvenes que desean salir de esa espiral, pero que no pueden hacerlo porque pesa sobre ellos amenazas constantes hacia sus familias y su única opción de seguir con vida tristemente es seguir participando en las tareas del crimen organizado, lo que los hace ser esclavos de esas organizaciones criminales y ser catalogados como personas desechables.

En México la abolición de la esclavitud se dio a inicios del siglo XVIII, sin embargo, hoy las redes del crimen organizado continúan esclavizando con la seducción del poder.

El 25 de septiembre de 1926 se dio a conocer la primera definición de esclavitud, aprobada bajo la “Convención sobre la Esclavitud” en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, firmado en Ginebra, Suiza, la cual en su artículo 1 dice: “La esclavitud es el estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos” [4].

Concluyendo, lo anterior ha generado la desestructuración de la célula básica de nuestra sociedad, obligando a padres de familia a trabajar de manera preventiva y/o correctiva en una diversidad de temas de la mano de sus hijos, como son: la educación, la comunicación, el afecto, los valores universales, las actividades compartidas, la asunción de responsabilidades para no perder el sentido de pertenencia y cohesión, ya que la familia es donde se encuentran ambos padres tradicionalmente, siendo hoy un núcleo monoparental ampliado y con esto se evitando la predicción de conductas antijurídicas de los hijos, cuando los padres dejan de ser un elemento protector.

Por otra parte, en la actualidad los jóvenes sufren el acoso permanente de una diversidad de elementos negativos de la sociedad; las malas amistades, el alcoholismo, la drogadicción, el hedonismo, la inmediatez, la intolerancia, la exposición permanente a la pornografía, la violencia exponencial contenida en series de televisión cerrada y abierta, las películas, la música, la literatura, los video juegos y la falta de censura de la información contenida en las redes sociales. Además de existir muchos padres y madres de familia desprovistos de herramientas y habilidades para guiar a sus hijos correctamente, porque lamentablemente no han tomado la consciencia en prepararse para poder afrontar este fenómeno social y así poder conducirlos, ya que en ocasiones se utiliza la violencia física o psicológica o tratan a sus hijos como amigos al ser condescendientes y permisibles en todo sin consecuencia alguna.

Finalmente, el rol que juega el gobierno es fundamental, ya que es quien debe crear oportunidades educativas y de trabajo bien remunerado junto a la iniciativa privada, para preparar a la juventud y no busque otras opciones de “ingreso fácil” a las actividades ilícitas que los lleve a tener vidas cortas, viviendo rápido y muriendo jóvenes; además del alto riesgo que implica desarrollar este tipo de labores al interior de la delincuencia organizada, exponen la vida de su familia y amigos. 


Referencias:
[1] El termino globalización se utilizó por primera vez en el año 1983, por el economista TEHODORE LEVITT, para denominar la creciente estandarización internacional de los hábitos de consumo.
[2] PAOLI.L, Las paradojas del crimen organizado, “Trabajo publicado en Delincuencia, financias y globalización en Colección Académica número 35 del Centro de Investigación sociológicas. Madrid, 2013.
[3] El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su edición de 2014, ha hecho desaparecer el término “dinero negro” por su connotación racista por el “dinero sucio”.
[4] https://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/SlaveryConvention.aspx

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