Economía y Finanzas - El factor China

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Escrito por Miguel Luis Anaya Mora


La República Popular China, es la cuarta nación más grande del mundo, medida por la extensión de su territorio (9’596,961 km2), pero es la primera por el número de habitantes: 1,350.7 millones en 2013.  Esta cifra representa alrededor de la quinta parte del total mundial.

La magnitud de los datos anteriores no es novedad, considerando que en los últimos años no ha cambiado su extensión territorial, ni la importancia de su población, comparativamente con el total mundial.
Lo que si resulta impresionante, es el crecimiento de su economía, que en un lapso de diez años pasó de representar 3.7% del PIB mundial (en el año 2000), a 16% (en 2013), con lo cual pasó del sexto al segundo lugar, por el tamaño del PIB, de acuerdo a cifras del Banco Mundial, todo ello gracias a la dinámica que ha adquirido su actividad económica que en el mismo periodo promedió 10.5% anual.
Cabe destacar que, como consecuencia de la desaceleración de la actividad económica mundial, el dinamismo de la actividad económica china también se vio afectado, pese a lo cual se mantiene en niveles superiores a 7%, muy por arriba del nivel observado por las economías de los países desarrollados.
Sin embrago China, hace cincuenta años, era un país rural, en el que la agricultura era de carácter intensivo y presentaba un desarrollo industrial muy deficiente y una tasa de inversión muy baja.

¿Qué factores influyeron en este importante cambio? 

Punto central del cambio, fue la Reforma Económica China, consistente en un programa de reformas económicas denominado "régimen de economía de mercado socialista”, iniciado en diciembre de 1978. La meta era transformar una economía centralizada y planificada, en una economía de mercado, que permitiera generar un crecimiento económico alto, como vía para mejorar el bienestar de la población.
Las reformas económicas se dieron en dos fases:

  • La primera fase, se inició a finales de la década de los años setenta, e incluyó la descolectivización de la agricultura, la apertura del país a la inversión extranjera y el permiso a emprendedores de iniciar empresas. 

Resalta que, pese a lo anterior, la mayoría de la industria permaneció en manos del Estado.

  • La segunda fase se dio a finales de la década de los años ochenta, e involucró la privatización de la mayor parte de la industria en poder del Estado y la eliminación del control de precios y de las políticas proteccionistas, mientras que los monopolios públicos en sectores como la banca y el petróleo, permanecieron en manos del Estado.

Como resultado el sector privado creció, lo que se reflejó en que, hacia mediados de la primera década del nuevo siglo, casi 70% del PIB de China era generado por este tipo de empresas.

¿Cuáles han sido los resultados?
 
En términos macroeconómicos, se estima que la tasa de crecimiento de la actividad económica China se ubicó en 10.5% anual promedio en los últimos diez años. Con ello, ha pasado a ocupar el segundo lugar a nivel mundial por el tamaño de su economía.  De seguir ese ritmo, algunos analistas estiman que para 2016 podría desplazar a los Estados Unidos como la mayor economía del mundo, por su tamaño.

Como consecuencia de los problemas que ha enfrentado la economía mundial, que ha afectado sus exportaciones, en años recientes la tasa de crecimiento del PIB de China se ha desacelerado1 . Sin embargo, ésta ha sido superior al 7% anual y se estima que se mantendrá en una cifra entre 7% y 8% en los próximos años, muy superior a la que muestran las economías desarrolladas.

Retos y Oportunidades. 

El Modelo Chino se sustentó básicamente en los siguientes elementos:

  • Bajo costo y alta productividad de la mano de obra;
  • Infraestructura relativamente buena;
  • Estímulo al espíritu emprendedor.

El Modelo, que considera una alta dosis exportadora, ha tenido buenos resultados, como se observa en párrafos anteriores. Sin embargo, China enfrenta en la actualidad varios retos:

  • Un bono demográfico en declive, derivado de la política poblacional instaurada en los años setenta. 

A lo anterior, deberá reaccionar con ajustes al propio Modelo, que incluya una alta dosis del ingrediente tecnológico, a fin de incrementar la productividad laboral.

  • Mantener tasas de crecimiento elevadas, implicó un elevado consumo de energía, que por el tipo de combustible utilizado ha resultado altamente contaminante (más del 70% se genera con carbón). 

Este asunto deberá enfrentarse con mayores inversiones en materia de energías limpias, lo que a su vez puede propiciar una disminución de su dependencia en materia de importación de petróleo, ya que en 2013 rebasó a los Estados Unidos como el mayor importador de este energético.

  • Los mercados externos han jugado un papel importante.  Hoy en día, China es el segundo país exportador del mundo, lo que le ha generado importantes flujos de recursos con los que ha impulsado su crecimiento económico.

Sin embargo, una alta dependencia de las exportaciones puede significar, en momentos de crisis de sus mercados de exportación, un freno en dicho crecimiento.   La alternativa es el impulso del mercado doméstico, respecto al cual China tiene el mercado potencial más grande del mundo.


China está llamada a jugar un importante papel en la economía mundial.  México debe propiciar un mayor acercamiento a ese mercado y no desperdiciar la oportunidad que ante ello se le presenta.


1. La tasa de crecimiento de la economía China pasó de 14.2% alcanzado en 2007, a niveles del 7.7% en 2013, con cierta tendencia a la baja para los próximos años.

 

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