La Oración

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Escrito por Felipe Morales


Estimados lectores, a continuación me permito comentarles acerca de la oración, de acuerdo a la enseñanza del Maestro JESÚS y esto fue lo que dijo:

Si dudas acerca de tus peticiones al PADRE, ruega en mi nombre y yo haré tu solicitud conforme a tus deseos y necesidades verdaderas de acuerdo con la voluntad del PADRE, porque yo vengo del padre.

No cometas el agravio de tornarte egoísta en tus oraciones.

Suplica para el bien espiritual de tus semejantes,  no pidas mucho para ti y evita solicitar en la oración lo material.

Ora por los dones y la abundancia del espíritu. Cuando ruegues por los afligidos y enfermos no esperes que tu petición sustituya los cuidados cariñosos y sabios que estos seres necesitan.

Rogad por el bien de los familiares y seres queridos y principalmente por los que os maldicen y persiguen.

Pero no os diré cuando orar, solo el espíritu que está en tu interior te instará a pronunciar las peticiones que mejor contengan tu relación íntima con el PADRE.

La mayoría acude a la oración únicamente cuando están desesperados, es una práctica engañosa e irreflexiva.

Se hace bien en orar cuando algo nos acongoja, pero también hay que hablar con el PADRE cuando tu alma está tranquila. Se debe suplicar sinceramente y en secreto.

Los semejantes no deben oír tus peticiones personales, las oraciones de gratitud son para los grupos, pero la oración del alma es muy personal.

Todos los que creen en el evangelio deben suplicar por la expansión del reino del cielo sinceramente.

(Y en mi opinión en la verdadera enseñanza que JESÚS nos legó, no la que cambiaron los hombres).

Solo hay una forma de oración apropiada para todos los hijos de DIOS y es: “a pesar de todo, se hará tu voluntad”.

JESÚS habló claramente del rezo con un lenguaje liviano y ofensivo diciendo: “Oh Señor, pon guarda ante mi boca y la puerta de mis labios”.

Y aclaró, la lengua humana es algo que muy pocos hombres pueden contener, pero el espíritu interior puede cambiar este órgano poco dócil, en una agradable voz de tolerancia y un ministro inspirador de misericordia.

También enseñó JESÚS que la oración por la guía divina en el transcurso de esta vida, le sigue en importancia a la petición por el conocimiento de la voluntad del PADRE. Esto significa realmente orar por la sabiduría divina.

JESÚS no enseñó que se obtendrían con la oración conocimientos y artes específicas humanas.

Y sí explicó que la oración ayuda a ampliar la capacidad del ser para recibir la presencia del espíritu divino. Y amplió se orase en el espíritu y la verdad, lo que significa orar con sinceridad y con la claridad de cada quien, de todo corazón, inteligencia, honestidad y constancia.

También advirtió que las peticiones no son más eficaces con repeticiones elegantes o frases elocuentes, el ayuno, la penitencia o los sacrificios.

Pidió a que la oración se emplease como una forma para llegar a la real adoración a través de la acción de gracias.

Dijo también no estar constantemente con mucha ansiedad por las necesidades diarias. No os acongojéis por los problemas de la existencia terrestre; en todo esto orando y pidiendo  con un espíritu de gratitud sincera, expongan sus necesidades ante los ojos de su PADRE que está en el cielo.

También enseño que una vez elevando las oraciones al PADRE, permanecer en tranquila receptividad durante un período ofreciendo así al espíritu residente una mejor oportunidad para hablar al alma dispuesta a escuchar.

Hasta pronto….

 

 

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