La economía en México en 2015

• Imprimir

A inicios del presente año, cuando aún se vislumbraba, aunque con ciertos obstáculos, la recuperación de la economía mundial, impulsada por el comportamiento observado de las economías avanzadas, el Fondo  Monetario Internacional (FMI), proyectó para México un crecimiento del orden de 3.2% para 2015 y de 3.5% para 2016.

Estas cifras resultaban relativamente bajas, si se comparan con las estimaciones que el Gobierno Federal consideró en su Marco Macroeconómico y Estimación de las Finanzas Públicas 2014-2015, incluido en los “Criterios Generales de Política Económica 2015”, en el cual el Producto Interno Bruto (PIB) se ubicó en 3.7% anual.

Diversas circunstancias han cambiado el escenario internacional y obstaculizado la consecución de las proyecciones establecidas a nivel global, algunas con impacto directo en el comportamiento de la economía mexicana. Dentro de éstas últimas, destaca lo siguiente:

• La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía estadounidense en el primer trimestre, así como la también desaceleración de la economía de China y la lenta recuperación de la economía europea;
• La caída de los precios internacionales del petróleo, que ha debilitado las finanzas públicas;
• El fortalecimiento del dólar; y
• La incertidumbre de los mercados financieros internacionales, generada por la expectativa de normalización de la política monetaria de la FED, lo que a su vez ha provocado salidas especulativas de capital de los países emergentes hacia los Estados Unidos, ante el eventual incremento de las tasas de interés.

Como consecuencia, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) recortó su estimación de crecimiento para la economía mexicana, ubicándola en un rango entre 2 y 2.8% anual.  Cabe advertir que el Banco de México, también redujo su expectativa de crecimiento económico y la ubicó en un rango entre 1.7 y 2.5% anual, es decir, por debajo de las expectativas de la SHCP.

Este nivel de crecimiento, que resulta bajo respecto de las necesidades del país (que requiere de un crecimiento mínimo del 5%, a fin de generar los empleos que demanda la población que se incorpora al mercado laboral), deriva en buena medida de la dependencia que tiene de sus mercados de exportación, ante lo precario de su mercado interno, el cual, como Política de Estado, debería ser fortalecido, a fin de aminorar los impactos externos.

Pese a ello, es importante advertir que México es uno de los países menos afectados por la inestabilidad que viven los mercados internacionales. Un comparativo con el Grupo de los BRICS (países que en su momento Goldman Sachs identificó, por su potencial económico, como los que podrían convertirse en las economías dominantes hacia 2050), del cual México no forma parte, puede ayudar a ubicar en su justa dimensión, la situación que el país vive.

FUENTE: FMI – Perspectivas de la Economía Mundial | abril de 2015. Del comparativo se excluyen China y la India, países cuya tasa de crecimiento resulta muy elevada, comparativamente a la que presenta cualquier otra economía del mundo. Los tres países restantes (Brasil, Rusia y Sudáfrica), presentan ritmos de crecimiento menores a los que actualmente presenta México, incluso algunos de ellos presentan crecimiento negativo en 2015 y en 2016:

• Brasil, 1 que es la séptima economía del mundo, en 2014 apenas alcanzó un ritmo de crecimiento de su PIB del 0.1%, mientras que para 2015 el FMI proyecta un crecimiento negativo de -1.0% y para 2016, espera una  recuperación, con una tasa de crecimiento de 1%.  Lo anterior, como resultado de diversos problemas que ha debido enfrentar, entre los que destacan:
• Estancamiento de los precios de las materias primas de exportación,
• Estancamiento del consumo interno;
• Elevado déficit público, que en 2014 se elevó a 5% del PIB;
• Elevado nivel de endeudamiento;
• Inflación elevada;
• Depreciación de la moneda.

Todo lo anterior, se ha conjuntado con un ambiente social y político complicado, que ha llevado a una salida masiva de capitales y reducción de la inversión.

• Rusia2 , también se encuentra en recesión. En 2014 su PIB creció sólo 0.6%, mientras que para 2015 el FMI ubica su tasa de crecimiento en -3.8% y en 2016 en -1.1%, como resultado de diversos problemas, que también ha debido enfrentar, entre los que cabe destacar:
• Baja del precio del petróleo, en un contexto en el que la economía rusa depende estrechamente de la exportación de hidrocarburos;
• Inflación elevada en 2014;
• Depreciación del rublo en cerca de 60% en 2014;
• Salida masiva de capitales (128 mil millones de dólares estadounidenses, según el BCE);

Todo lo anterior, se ha conjuntado con las sanciones comerciales occidentales, derivadas de la crisis ucraniana de 2014, que ha llevado a una reducción de la inversión.

• Sudáfrica3 , presenta una situación diferente, caracterizada por una tendencia de crecimiento positivo en su Producto: el FMI lo ubicó para 2014 en 1.5%, para 2015 en 2% y para 2016 en 2.1%.  Pese a ello, el país debe afrontar diversos retos:
• Su economía está basada en el sector minero y en el dinamismo de los sectores agrícola y financiero. Sin embargo, en 2014 enfrentó una huelga de los mineros del platino, recurso que representa más de 50% de los ingresos de exportación;
• Inflación elevada, que en 2014 alcanzó 6.3%;
• Debilidad de la moneda local, lo cual afecta sus importaciones.

Sudáfrica sigue siendo el país africano más industrializado, aunque Nigeria se convirtió, en 2014, en la primera potencia económica de África.

En ese contexto, la economía de México se observa diferente, con un potencial de crecimiento mayor que las principales economía emergentes.  Las variables de su marco macroeconómico, así lo indican 4:

• Crecimiento del PIB del orden de 3% según el FMI y del 2.6% a 3.6% según la SHCP en 2016;
• Inflación de 2.3% en 2015 y 3% en 2016.

Lo anterior, en un contexto de desaceleración o de lento crecimiento de las principales economías del mundo, excepto de la estadounidense, la cual se puede convertir en el motor del mundo y de la cual depende en cerca de 80% nuestro mercado externo.