Identidad Digital

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Escrito por Rigoberto Martínez Becerril


Todos nosotros hemos en algún momento cedido a la curiosidad que nos genera ver lo que arroja un buscador de Internet al colocar nuestro nombre. Como resultado obtenemos información que en algún momento hemos publicado, contenido de nosotros que terceros han compartido a través de una red social, comentarios formulados en un blog, nuestras imágenes, videos o menciones, entre otra información.

Aunque tratemos de evitarlo, de todos los cibernautas hay rastro en Internet. Ese rastro que cada usuario de Internet deja en la red como resultado de su interrelación con otros usuarios o con la generación de contenidos es lo que constituye la denominada identidad digital. Es decir, estamos hablando de una consecuencia de la comunicación 2.0.

Lo anterior, nos permite advertir que nuestra identidad digital se conforma por información y datos de distinta procedencia, como por ejemplo: nuestros perfiles personales, comentarios en foros, contenidos digitales como fotografías o videos, mensajería instantánea y la que compartimos a través de redes sociales.

  • ¿DE QUÉ FUENTES PROVIENE LA INFORMACIÓN QUE CONFORMA LA IDENTIDAD DIGITAL?

Antiguamente los componentes de la identidad estaban disponibles por medios físicos tales como actas de nacimiento, títulos universitarios o cédulas profesionales, cartas de no antecedentes penales, información de notas periodísticas, cédulas de identidad nacional, entre otros, pero con la aparición de las computadoras, la digitalización, el Internet, las redes sociales, las apps, etc., los datos e información que componen la identidad de una persona no solamente se incrementa, sino que se diversifica en sus fuentes y se dispersa con mayor facilidad, al grado que ahora no solo tenemos diseminada en internet información que corresponde a la identidad de las personas en lo individual, sino también de las empresas, autoridades, grupos de trabajo u organizaciones.   Además, con la constante innovación de software, redes sociales y apps, sobre todo aquellos que se utilizan en dispositivos móviles inteligentes, todos los días aportamos datos que delinean nuestra identidad digital, por ejemplo, a través de aplicaciones que requieren para su funcionamiento nuestra localización, la introducción de nuestros gustos y deseos, o la autenticación mediante datos biométricos, entre otros.   Aunado a lo anterior, nuestra identidad digital se va construyendo con la información y datos que otras personas van generando respecto de nosotros, incluso, nuestra identidad digital llega a ser alimentada con la percepción o comportamiento que tienen las personas con las cuales nos relacionamos.   Es así que podemos afirmar que la identidad digital se compone por lo menos de información proveniente de tres grandes fuentes: la generada por nosotros mismos como cibernautas, la generada por terceros respecto de nuestra persona y la que se genera producto de la interrelación de nosotros con otras personas.

  • PROBLEMAS Y RIESGOS DE LA IDENTIDAD DIGITAL

Hemos mencionado qué es la identidad digital y cuáles son las fuentes de información que la componen, pero ¿cuáles son los problemas y riesgos que enfrentamos por ser cibernautas y en consecuencia poseer una identidad digital?

La identidad digital puede generar varios problemas y riesgos, de inicio el hecho de que terceros incidan en su construcción, puede provocar que ésta carezca de veracidad, lo cual a su vez puede acarrear diversos conflictos, pues hoy en día las empresas consultan la información que de nosotros obra en internet para diversos fines, como por ejemplo, para darnos un empleo, para alquilarnos un inmueble o para otorgarnos un crédito.

Otro problema es que un solo individuo puede generar una pluralidad de identidades, en tanto que hay personas a quienes les conviene trabajar en la construcción de su identidad digital para adquirir impulso o reconocimiento social o político, o bien, personas que deseen permanecer en el anonimato que brinda internet, sea por temas de seguridad, libertad de expresión, para ocultar o disfrazar los actos nocivos que pudieran realizar en la red o cuando simplemente se tenga el interés de que tales actos no afecten su identidad real.   Lo anterior genera que las empresas y autoridades no puedan tener información fidedigna o confiable respecto de las personas con base en la información que de ésta obre en internet, que permita realizar una valoración objetiva y real para celebrar actos jurídicos con ellas, como un contrato, una operación comercial o perseguir la comisión de delitos.   La suplantación de identidad es otro de los problemas que puede afectar a una persona, lo cual a su vez y dependiendo del grado de intromisión y del daño causado, puede llegar a cambiar en grado considerable la identidad digital de la persona suplantada, generando afectaciones a sus bienes, al honor o a su reputación.   Otros de los problemas más comunes asociados a la identidad digital son las violaciones a los derechos la privacidad, los derechos autorales, sexting, bullying, entre otras actividades que van deteriorando o violentando la identidad de una persona, llegando a grados en los que incluso se afectan las relaciones personales de la gente, su vida íntima, su estado emocional y psicológico.

Con base en lo brevemente expuesto, podemos aseverar lo siguiente:

I.- Todos los cibernautas tenemos una identidad digital;

II.- La identidad digital se compone de información proveniente de tres grandes fuentes; la generada por el propio individuo, la generada por terceros y la que se genera producto de la interacción de un individuo con otras personas, y

III.- Existen muchos inconvenientes y riesgos en torno a nuestra identidad digital, por ejemplo, el hecho de que terceros incidan en su construcción genera que nuestra identidad no sea fidedigna ni confiable, a su vez, la posibilidad de generar varias identidades se traduce en la anonimización de la gente, lo que a su vez permite la realización de conductas inapropiadas o inclusive delictivas, mismas que no pueden ser fácilmente rastreadas y atribuidas y en consecuencia, inhibidas y sancionadas.

Por lo anterior, resulta importante que seamos responsables de la información que sobre nuestra persona subimos a la red, que estemos al pendiente de la información que otras personas puedan compartir de nosotros y que cuidemos la forma en que nos relacionamos con el resto de la gente a través de las herramientas que utilizan el internet, pues de ello depende nuestra identidad digital, cuya indebida construcción puede restringirnos del goce de diversos derechos, como al honor o a la vida privada.

 


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