Egoísmo y empatía en las teorías moral y económica de Adam Smith

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Escrito por Jimy Cruz Camacho


Toda acción humana es en última instancia moral  y en cada decisión (moral) el hombre se juega no solamente el prestigio y el afecto de los demás, se juega también el pan y la tortilla, la posibilidad de vivir tranquilamente los próximos días, meses o años (eso que algunos llamarían la vida buena),  se juega la felicidad y con mayor frecuencia de lo que estamos dispuestos a aceptarlo se juega también la vida. Entonces ante cada decisión o acto el hombre se ve obligado a ejercer un sentimiento o juicio moral.

Ese sentimiento o juicio le debería proporcionar al hombre el criterio para distinguir (dilucidar) entre lo bueno y lo malo, el vicio y la virtud, la verdad y la mentira, lo justo y lo injusto,  lo bello y lo amorfo, lo útil y lo inútil y así podría continuar con una dicotomía muy extensa que desdobla o divide la conducta humana en dos polos que finalmente podríamos sintetizar (siempre apresuradamente) como acciones positivas por un lado y acciones negativas por el otro. Si el hombre es social por naturaleza o si su naturaleza es precisamente ser social, entonces las decisiones, acciones o juicios morales cobran una importancia aún mayor, ya que cada acto le afecta no sólo a él mismo sino también al grupo o conjunto social al que pertenece.  De ahí que cobra una importancia radical el estudio sobre el origen de los sentimientos o juicios morales en la interacción primeramente social y después económica.

Es esa naturaleza social del hombre la  que lo ha volcado a crear y formar parte de una cultura. La cultura es entonces la manifestación total y radical del hombre ante su medio. Es ahí donde se realiza. Es decir, es la única manera que tiene el hombre a través de sus acciones de procurar su propio bien (en primer lugar) y de armonizar o simpatizar con los demás. De este modo, las interacciones culturales en el hombre son de distinto origen, forma y cumplen determinados propósitos.

En éste momento me quiero plantear el estudio de los juicios o sentimientos morales del hombre tal como los describió Adam Smith en la Teoría de los Sentimientos Morales y particularmente quiero explorar si ese supuesto sentido o juicio moral descrito en dicha teoría tiene o no un vínculo directo con los juicios y acciones que determinan la toma de decisiones en el ámbito económico.

El problema (filosófico) concreto entonces es analizar si las acciones del hombre descrito por Adam Smith en la Teoría de los Sentimientos Morales (“TSM”) se adhieren  no a los mismos principios de conducta del hombre-agente que describe en su teoría económica, principalmente en la Investigación sobre la Naturaleza y la Riqueza de las Naciones ya que existe una evidente o aparente dicotomía entre las acciones o juicios del hombre en uno y otro estudio.

Ahora bien, de los sentimientos del hombre estudiados por Adam Smith me  enfocaré concretamente en el egoísmo como ese motor inicial que lo vuelca en acciones enfocadas a obtener su propio beneficio (en apariencia) y la empatía como el resultado de la imaginación de estar en el lugar y la situación del otro.

El objetivo es investigar si los sentimientos (juicios) egoístas y empáticos planteados  en la teoría moral y económica de Adam Smith son los mismos o coincidentes  o divergentes.


Fuentes documentales

  • Abbagnano, Nicola, Diccionario de Filosofía, FCE, México, 1963.
  • Méndez Baiges, Víctor, El filósofo y el mercader. Filosofía, derecho y economía en la obra de Adam Smith. FCE, México, 2004.
  • Roll, Eric, Historia de las Doctrinas Económicas, FCE, México, 1994.
  • Smith, Adam, Teoría de los sentimientos morales, FCE, México, 1979.
  • Smith, Adam, Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, FCE, México, 1958.

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