Economía y Finanzas (mayo 2013)

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De acuerdo a lo establecido en la Ley de Instituciones de Crédito1, el Sistema Bancario Mexicano se encuentra integrado por el Banco de México, las Instituciones de banca múltiple, las instituciones de banca de desarrollo y los fideicomisos públicos constituidos por el Gobierno Federal, para el fomento económico, que realicen actividades financieras2, así como los organismos auto regulatorios bancarios.

Parte I

Las instituciones de banca de desarrollo y los fideicomisos públicos para el fomento económico constituidos por el Gobierno Federal, constituyen lo que genéricamente se denomina “Banca de Desarrollo”.

Como se ha comentado en diversos medios, uno de los obstáculos al crecimiento económico, ha sido el bajo nivel de crédito para financiar las estrategias para el desarrollo y si bien la banca presenta una situación financiera sana y sólida, el crédito que otorga alcanza niveles del orden del 25% del Producto Interno Bruto, lo que comparativamente con otras economías, resulta muy bajo y al ser sustituido por crédito de los proveedores, impacta la operación de éstos y eleva el costo financiero de los usuarios del crédito.

Es importante considerar que la Ley de Instituciones de Crédito antes señalada, establece1 que el Estado ejercerá la Rectoría del Sistema Bancario Mexicano, a fin de que oriente fundamentalmente sus actividades a apoyar y promover el desarrollo de las fuerzas productivas del país y el crecimiento de la economía nacional. Asimismo, agrega que las instituciones de banca de desarrollo atenderán las actividades productivas que el Congreso de la Unión determine como especialidad de cada una de éstas, en su respectiva Ley Orgánica.

Como en el caso de la banca múltiple, también la de desarrollo ha disminuido la canalización de recursos a la economía, en relación al PIB nacional y al PIB del sector económico que atienden, de Acuerdo a su Ley Orgánica.

Existen diversas causas que en el tiempo han dado origen al fenómeno anterior: unas que derivan de la problemática que viven los sectores económicos y otros de carácter operativo de las instituciones, que a su vez pueden tener un origen interno o externo a las mismas.

En tal sentido, la problemática que enfrentan las instituciones que integran el Sistema Financiero de Fomento en el cumplimiento de su objetivo, pueden dividirse en dos:

• Las de carácter exógeno al Sistema, como lo es la problemática estructural antes aludida;

• Las internas al propio Sistema y que tienen que ver con su organización, administración y control.

Antes de entrar a un análisis de más fondo, resulta fundamental conocer algunas características generales de este tipo de instituciones:

• ¿Cuál es el propósito de la Banca de Desarrollo? De acuerdo a la mencionada Ley de Instituciones de Crédito, el objeto de la Banca de Desarrollo, se establece2 como “… facilitar el acceso al financiamiento a personas físicas y morales, así como proporcionarles asistencia técnica y capacitación, en términos de sus respectivas leyes orgánicas…” y agrega que en el desarrollo de sus funciones, las instituciones referidas deberán preservar y mantener su capital, garantizando la sustentabilidad de su operación, mediante la canalización eficiente, prudente y transparente de recursos;

• ¿Qué tipo de figura tienen? Las instituciones de banca de desarrollo son entidades de la administración Pública Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios, constituidas con el carácter de Sociedades Nacionales de Crédito, en los términos de sus leyes orgánicas y de la Ley de Instituciones de Crédito;

• ¿A qué Normatividad están sujetas? Las instituciones de banca de desarrollo:

  • Deben formular anualmente sus programas operativos y financieros, sus presupuestos generales de gastos e inversiones, así como las estimaciones de ingresos;

  • Las Sociedades Nacionales de Crédito deberán someter a la autorización de la SHCP, los límites de endeudamiento neto externo e interno, financiamiento neto y los límites de intermediación financiera;

  • Los programas deben formularse conforme a los lineamientos y objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, así como el Programa Nacional de Financiamiento para el Desarrollo y los demás programas sectoriales del propio Plan. En el marco de los mencionados planes, cada institución deberá elaborar sus programas institucionales.

  • La Banca de Desarrollo (instituciones de banca de desarrollo y fideicomisos públicos de fomento económico), debe proporcionar a las autoridades y a la sociedad en general, información referente a sus operaciones, así como indicadores que midan los servicios con los que cada institución y fideicomiso atiende a los sectores que establecen sus respectivas leyes orgánicas y contratos constitutivos;

  • Cada Sociedad Nacional de Crédito, debe dar conocer los Programas de Crédito y garantías, indicando las políticas y criterios conforme a los cuales realiza sus operaciones.

Por otro lado, la Banca de Desarrollo se enfrenta con empresas que pueden ser divididas en tres categorías:

• Las que habiéndose consolidado, tienen acceso relativamente fácil al financiamiento de las instituciones de la banca comercial y que por sus características, no necesariamente deben ser sujetas de apoyo de la Banca de Desarrollo;

• Las que se encuentran en proceso de consolidación y/o crecimiento y no cuentan con capital suficiente, lo que por sus características las ubica como el segmento que debe apoyar el Sistema Financiero de Fomento; y

• Las de subsistencia, que dadas sus características y carencias, no son sujetas de apoyo bancario, pero que ante la necesidad y urgencia de contar con recursos financieros que apoyen su operación y eventual crecimiento, son el segmento que deben apoyar los Programas Gubernamentales, buscando con ello su capitalización y desarrollo.

Lo anterior conduce a dos aspectos que deben ser considerados al analizar el propósito de las instituciones financieras de fomento: el hecho de que se ha dejado sin apoyo a algunas empresas bajo la lógica anterior y el hecho de que algunos sectores de la econom(ía presentan problemas de carácter estructural, que el sector financiero por sí solo no puede, ni es su función resolver y que hacerlo puede poner en riesgo la viabilidad de las instituciones.

(continuará).